Exposiciones

Carmelo Camacho

23 Sep. 2021 / 05 Nov. 2021

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“Si nada fui
perdurará mi nombre,
tal es, la arquitectura del olvido.”
Jaime Siles

Traer aquí la historia de un mutilado de guerra, un cojo, Andreas Pum, hombre
conformista y satisfecho de la vida, que se ve arrojado a la calle con un organillo,
una licencia para pedir limosna y una pequeña condecoración.

Esta es la sinopsis de la novela se Joseph Roth (Brody 1894 - París 1939). Publicada
en 1975 y editada por Seix Barral en 1985.
La rebelión inspira y unifica esta exposición. El hombre y su organillo.

Recuerdo haber visto, de niño, la pierna mutilada de mi padre. Su pierna ortopédica
derecha. A lo largo del tiempo me he preguntado qué habrîa sido de él sin
esa circunstancia. ¿Y de nosotros?…, seguramente, hoy, no estaría pregonando en
esta plaza.

Digiero lo que fuimos, sentimos, lo que nos pasa. “La herida costumbre” en palabras
de Lara Montero.

Ahora, espero que la pintura me saque de la más grave de las dolencias, necesito
el color para abrigarme.
No se encuentran muy lejos estos trabajos nuevos de los cuadros borrados que
realicé hace tiempo. El taller, elocuentemente, crece.

Pienso con frecuencia en el peso del cielo sobre los tejados.
Debo andar ligero, listo, si quiero recuperrar los enseres que atrapa nuestra perra.
Porque el equipaje es ligero gusto adentrarme en jardines propios y ajenos. Alberto
Datas, Juan Giralt... y otros hoy desaparecidos. Tengo flores en la mesa. No
salto vallas ni interrumpo silencios.

La pintura y su extensión permite ver mas allá, disfruto de su enigmático misterio,
como de novela policíaca por más que sus formas sean incontestables.
¿Ves?..., con las horas, en los días de a diario se van conformando las exposiciones.
Ese azar que fue azar previo, idealista, como las palabras de este texto.
Pequeñas, o voluminosas muestras que, de nuevo, sugieren rebelión. La rebelión
personal no es poca cosa: bocetos, retazos, retales, rotos, todo es necesario para
descubrir el mundo.

Lienzos, grandes formatos. La soledad de Andreas Pum. Me acompaña siempre la lectura.
“Voy vestido de gris.
A veces, llevo una corbata rosa.”
Decía Cirlot.

Dije haber pintado como si fuera domingo. Algo de festivo procuro imponerle a
mi pintura…, y es qué, es un lugar al que he ido, no he sido llevado.
Mostré “Poderosas razones para irme de Cadiz”. Aquí…, en Espacio Marzana, pronunciamos
“Últimas voluntades de un hombre pájaro”.

Así es como la vida viene a verme. Intentando coger la forma inaprensible de la nube.
Por su ayuda y apoyo doy las gracias a Antón Hurtado, a Patrick M. Fitzgeral, a Enrique
Julián, al taller Amasté y a Maite Martín.